LA HISTORIA DE LAS SOPAS
¿Alguien se puso a pensar que para crear algo tan simple como la sopa primero debió ser inventado el fuego?? ¿Y además del fuego un recipiente como la olla?? Los habitantes primitivos de la era cuaternaria no podían imaginar que estaban ante uno de los inventos que iba a revolucionar la historia de la humanidad y la consecuencia más inmediata fue hacer más llevadera la alimentación que hasta ese momento desgastaba muelas y dientes y desarrollaba sus mandíbulas en detrimento de la capacidad craneana.
Las carnes y los vegetales crudos son muy duros y primero asados y más tarde cocidos, generaron una vejez más llevadera y un bienestar individual y social apreciable.
Quizás, en la era paleolítica a una mujer se le ocurrió introducir un trozo de carne en agua caliente para ablandarla. La cara de sorpresa, tanto de ella como de su familia al probar ese caldo, significó muy probablemente la primera receta de cocina tal y como la entendemos en la actualidad. Aunque quizás no fue como imaginamos, y es posible que no fuera en un recipiente lleno de agua porque todavía no se había creado la necesidad de ese otro invento que fue la olla. Pero se sabe que en algunas sociedades primitivas de Nueva Guinea acostumbraban a calentar unas piedras al fuego las que posteriormente sumergían en un cuenco hecho de piedra y que en su interior ya tenía agua y vegetales. Los egipcios, los fenicios, los persas o los sirios, es decir los pueblos mesopotámicos, no eran soperos por lo que se sabe. Sí en cambio los hebreos que hacían sus caldos hirviendo carne y cereales. Los griegos eran muy aficionados a las sopas las que elaboraban a base de cereales y carne.
Roma tuvo una gran tradición sopera, ya desde antiguo los pastores tenían como plato principal y cotidiano una sopa de cebada a medio moler y garbanzos que acompañaban con verduras, legumbres, frutas y queso. Lo cierto es que la sopa fue el alimento que salvó muchos pueblos del hambre. Algunas veces sólo hechas de pan y agua y otras con cereales y, los menos, con carne.
En la edad media fue cuando la sopa se consolidó definitivamente y se las realizaba con habas, hinojos, arroz y se las sazonaba con canela, jengibre, azafrán o ajos. La más tradicional de las sopas, la de gallina, fue una idea del rey Enrique IV de España. Era obeso, inteligente y sucio como pocos. Su mujer, la refinada María de Médicis se quejaba a menudo por los malos olores que este rey desparramaba por el palacio. Pero lo cierto es que como buen gordo le gustaba cocinar y un día maravilló a sus invitados con una estupenda sopa de gallina.
Y también españolísima es la sopa Juliana a base de verduras. Desde entonces, y hasta hoy, se han inventado cientos de sopas aunque ya no llevan ni tanto tiempo ni tanto trabajo.
En las cocinas de hoy un cubito, un poco de agua, y en 5 minutos una sopa está marchando.
CLASIFICACION DE LAS SOPAS.
Según su densidad
Las sopas se suelen clasificar tradicionalmente en dos grandes bloques, según su densidad:
sopas claras o livianas: son las más líquidas, en las que el caldo determina el sabor. En esta categoría entran los consomés.
Sopas ligadas o cremas: en estas sopas, se trituran los ingredientes cocidos (generalmente verduras) en puré y se ligan con nata o con un roux. En las sopas llamadas velouté, se parte de un roux que se diluye con un caldo o un fumet, y se puede añadir yema de huevo.
Crema fría de espárragos, servida con nata fresca, pimienta negra y pimentón. Una tercera categoría podría englobar los cocidos, potajes (con legumbres) y un sinfín de sopas en las que los ingredientes se sirven en el caldo.
Según su temperatura
Se puede también distinguir las sopas por la temperatura a la que se sirven, distinguiéndose entre fría y caliente.
Las sopas se suelen clasificar tradicionalmente en dos grandes bloques, según su densidad:
sopas claras o livianas: son las más líquidas, en las que el caldo determina el sabor. En esta categoría entran los consomés.
Sopas ligadas o cremas: en estas sopas, se trituran los ingredientes cocidos (generalmente verduras) en puré y se ligan con nata o con un roux. En las sopas llamadas velouté, se parte de un roux que se diluye con un caldo o un fumet, y se puede añadir yema de huevo.
Crema fría de espárragos, servida con nata fresca, pimienta negra y pimentón. Una tercera categoría podría englobar los cocidos, potajes (con legumbres) y un sinfín de sopas en las que los ingredientes se sirven en el caldo.
Según su temperatura
Se puede también distinguir las sopas por la temperatura a la que se sirven, distinguiéndose entre fría y caliente.
El invento se debe al químico orgánico Justus von Liebig, en los años 1850. Entre 1872 y 1873, el alemán Carl Heinrich Knorr y el suizo Julius Maggi perfeccionaron y comercializaron las sopas deshidratadas (sopas instantáneas), normalmente obtenidas por liofilización, de las que existe una gran variedad. Estas marcas de sopas tienen fábricas en los países donde se distribuyen, lo que permite que cada país tenga su propia gama de sopas y reproduzca sus recetas más típicas.
Son igualmente conocidas las sopas enlatadas. Pueden ser concentradas, requiriendo ser diluidas en agua, o listas para recalentar. Las primeras fueron comercializadas en Estados Unidos por Joseph A. Campbell en 1899, gracias a un procedimiento inventado por su sobrino, el químico John T. Dorrance. Los estadounidenses consumen aproximadamente 2,5 mil millones de sopas enlatadas al año [cita requerida], siendo las más consumidas las de tomate, crema de champiñones, pollo con fideos y minestrón.
Son igualmente conocidas las sopas enlatadas. Pueden ser concentradas, requiriendo ser diluidas en agua, o listas para recalentar. Las primeras fueron comercializadas en Estados Unidos por Joseph A. Campbell en 1899, gracias a un procedimiento inventado por su sobrino, el químico John T. Dorrance. Los estadounidenses consumen aproximadamente 2,5 mil millones de sopas enlatadas al año [cita requerida], siendo las más consumidas las de tomate, crema de champiñones, pollo con fideos y minestrón.
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